Asma y alergias en el trabajo: ¿Cómo prevenirlas?
El asma y las alergias son enfermedades que suelen pasar desapercibidas hasta que las personas se ven afectadas por ellas. Muchas veces, no se suelen tomar en cuenta los factores del ambiente laboral que pueden desencadenar o empeorar estas condiciones. Es por eso que, en este artículo, hablaremos de cómo prevenir la aparición y el empeoramiento del asma y las alergias en el trabajo.
Factores de riesgo en el ambiente laboral
Los factores de riesgo en el ambiente laboral que pueden desencadenar o empeorar el asma y las alergias son variados. Entre los principales se encuentran los siguientes:
- Exposición a químicos y partículas en el aire: estos pueden provenir de productos de limpieza, materiales de construcción, maquinarias, entre otros. La exposición prolongada a estos elementos puede provocar irritaciones en los ojos, nariz y garganta, así como también dificultades para respirar.
- Polvo y ácaros: los espacios cerrados o mal ventilados suelen acumular grandes cantidades de polvo y ácaros, lo que puede empeorar las alergias y el asma.
- Humedad: la humedad en exceso puede crear condiciones ideales para la proliferación de moho y bacterias que empeoran las alergias y el asma.
- Animales: la exposición a animales en el ambiente laboral, ya sea directa o indirecta, puede provocar reacciones alérgicas en personas sensibles.
Cómo prevenir el asma y las alergias en el trabajo
A continuación, te damos algunas recomendaciones para prevenir la aparición o el empeoramiento del asma y las alergias en el trabajo:
1. Identifica los factores de riesgo en tu ambiente laboral
Es importante estar al tanto de los factores de riesgo en tu entorno laboral para poder tomar medidas preventivas. Si trabajas en una construcción, por ejemplo, es posible que estés expuesto a polvo y químicos que pueden causarte irritación, tos y dificultades para respirar. Si trabajas en una oficina, es posible que debas estar atento a la acumulación de polvo y ácaros. Identifica los factores de riesgo que puedan afectarte y trata de evitarlos o mejorar tu exposición a ellos.
2. Usa equipo de protección personal
Si en tu ambiente laboral estás expuesto a químicos o partículas en el aire, es importante que uses equipo de protección personal, como mascarillas, googles o guantes. Estos elementos pueden ayudarte a disminuir tu exposición y evitar o aliviar los síntomas.
3. Mantén tu espacio de trabajo limpio y ventilado
El mantener tu espacio de trabajo limpio y ventilado puede ayudarte a reducir la acumulación de polvo, ácaros y otros elementos que empeoran las alergias y el asma. Si trabajas en oficina, asegúrate de limpiar tu escritorio regularmente y mantiene tu espacio ventilado. Si trabajas en un espacio con ventilación natural, abre las ventanas para que circule el aire y reduzca la humedad.
4. Aísla a los animales de tu espacio de trabajo
Si en tu espacio laboral hay animales, trata de aislarlos lo máximo posible de tu área de trabajo. Si es una oficina, asegúrate de cerrar bien las puertas para que los animales no entren en ella. Si es en una construcción, trata de alejarte lo máximo posible de los animales y evitar trabajar en espacios cerrados con ellos.
5. Lleva una dieta saludable
Llevar una dieta saludable y equilibrada puede ayudarte a mejorar tu sistema inmunológico y reducir los síntomas de las alergias y el asma. Alimentos ricos en vitamina C, antioxidantes y otros nutrientes pueden hacerte sentir mejor y disminuir la gravedad de tus síntomas.
6. Evita los cambios drásticos de temperatura
Los cambios drásticos de temperatura pueden ser perjudiciales para el asma y las alergias. Trata de evitar pasar de ambientes muy fríos a ambientes cálidos o viceversa. Si trabajas en una oficina con aire acondicionado, trata de regular la temperatura para que no sea muy fría.
7. Comunícate con tu empleador
Comunica a tu empleador sobre tus enfermedades y síntomas para que puedan tomar medidas para mejorar tu entorno laboral. Si hay productos químicos que podrían perjudicarte, pide que te proporcionen alternativas más saludables.
En conclusión, el asma y las alergias son enfermedades que pueden afectar nuestra calidad de vida y en el ambiente laboral es importante estar al tanto de los factores de riesgo para poder tomar medidas preventivas. Una buena comunicación con nuestro empleador, llevar una dieta saludable y usar equipo de protección personal pueden ayudarnos a prevenir su aparición o empeoramiento.